Japón… por fin el país que tanto queríamos visitar. Un destino que genera una mezcla de fascinación y misterio incluso antes de pisarlo. Viajar a Japón por libre es como una realidad paralela, un universo en sí mismo que mezcla modernidad, tradición y una identidad única.
Nuestro primer viaje a Japón fue tan especial que un año después, volvimos. La segunda visita no fue planeada: teníamos en mente explorar China durante dos meses, pero por temas de visado, ese plan se truncó. ¿Y qué hicimos? Volver a Japón. Porque nos había encantado, porque aún quedaban rincones por descubrir y porque es uno de esos países a los que siempre quieres regresar.
Desde que aterrizas, Japón te descoloca. Las normas de convivencia, la extrema educación, el silencio en los trenes, los gestos, los detalles… Todo funciona, pero todo es distinto. Nos impactó la disciplina, la limpieza, la puntualidad y ese aire de respeto constante, a veces tan rígido que resulta desconcertante.
Vivimos Japón desde muchos ángulos: desde el bullicio de Tokio y Osaka, hasta la serenidad de Fukujionsen o Takayama; desde parques temáticos como Disney o Universal Studios, hasta templos perdidos en los Alpes japoneses. Caminamos entre santuarios milenarios, dormimos en hospedajes tradicionales, y comimos más ramen del que pensábamos posible.
Japón nos enseñó a viajar despacio y con los ojos bien abiertos. Y en esta guía completa te compartimos todo lo que aprendimos: consejos, preparativos, presupuesto, rutas, cultura, curiosidades y muchas anécdotas reales. Porque viajar a Japón por libre es una experiencia que marca. Y sí, repetir no solo fue un placer: fue necesario.
Índice de contenidos
Índice del contenido
- 1. Preparativos para viajar a Japón
- 2. Transporte en Japón
- 3. Mejor época para viajar a Japón
- 4. Gastronomía en Japón
- 5. Seguridad y conectividad
- 6. Nuestro itinerario por Japón (dos viajes)
- 7. Qué vimos en Japón en 44 días
- 8. Presupuesto total por persona
- 9. Curiosidades culturales de Japón
- 10. Consejos para viajar a Japón
- 11. Conclusión
🧳 Preparativos para viajar a Japón
💰 Moneda y precios
La moneda oficial de Japón es el yen japonés (JPY). En la gran mayoría de lugares y tiendas ya aceptan pagos con tarjeta, llevar efectivo es esencial, sobre todo en templos o para el transporte público.
Los cajeros que funcionan mejor con tarjetas extranjeras son los de 7-Eleven, Japan Post o Lawson.
Japón no es un destino especialmente barato, pero comer bien no es caro: puedes encontrar menús deliciosos por menos de 10€. El transporte sí puede ser un gasto considerable si te desplazas mucho, pero más abajo te contamos cómo optimizarlo.
🗣 Idioma
En Japón se habla japonés, y muy pocas personas dominan el inglés, aunque intentarán ayudarte si lo necesitas. A veces usan traductores automáticos o incluso dibujos para hacerse entender.
💡 Descárgate Google Translate y su paquete en japonés para traducir carteles, menús o conversaciones. ¡Te salvará en más de una ocasión!
🛂 Visado
Para ciudadanos de la UE (incluido España), no es necesario visado para estancias turísticas de hasta 90 días.
Eso sí, al entrar al país tendrás que rellenar un formulario de inmigración y tener a mano la dirección de tu primer alojamiento. Nosotros llegamos desde Corea del Sur en ferry, y te dejamos nuestra experiencia aquí arriba en la introducción.
💡 Para estar al día de cualquier cambio en las condiciones de entrada, consulta siempre fuentes oficiales como:
💉 Vacunas
No hay vacunas obligatorias para viajar a Japón, pero estas son recomendadas:
- Hepatitis A y B
- Tétanos-difteria
- Encefalitis japonesa (solo si vas a estar en zonas rurales durante muchos días)
💡 Recomendamos pedir cita en un centro de vacunación internacional varias semanas antes del viaje.

🚆 Transporte si vas a viajar a Japón por libre
Moverse por Japón puede parecer complicado al principio, pero nosotros lo resolvimos sin usar el Japan Rail Pass ni el famoso tren bala (shinkansen). Optamos por buses diurnos y nocturnos, que fueron una opción más económica y nos permitieron ahorrar en alojamiento en algunos trayectos largos. Usamos compañías como Willer Express, que ofrece rutas cómodas y bien organizadas entre las principales ciudades del país.
💡 Consejo práctico: Compra los billetes con antelación, sobre todo si viajas en temporada alta. Y no olvides revisar si la estación de salida es diferente a la de llegada, ya que puede cambiar según la ciudad.
En trayectos más cortos o para movernos dentro de las ciudades, utilizamos trenes locales y metro, que son puntuales, limpios y eficientes. En Tokio y Kioto, por ejemplo, nos apoyamos en tarjetas recargables como la Suica o Pasmo para no tener que comprar tickets cada vez.
También aprovechamos algunos pases regionales como el Nikko Pass, que nos permitió visitar esta zona sin complicaciones y a buen precio.
🚄 ¿Y el tren bala (Shinkansen)?
Aunque nosotros nos movimos principalmente en bus para ahorrar y disfrutar del paisaje, entendemos que hay viajeros con menos tiempo y que prefieren moverse rápido entre ciudades. En ese caso, el Shinkansen (el famoso tren bala japonés) es la mejor opción.
Es rápido, limpio, puntual y conecta ciudades como Tokio, Kioto, Osaka o Hiroshima en pocas horas. Eso sí, no es barato. Por eso muchos viajeros optan por comprar el Japan Rail Pass (JR Pass), que permite usar estos trenes de forma ilimitada durante un número determinado de días.
💡 Si estás planeando moverte mucho y en poco tiempo, echa un vistazo al pase y calcula si te compensa. Ahora solo puede comprarse dentro de Japón y el precio ha subido, pero sigue siendo interesante para quien no tenga mucho tiempo
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☀️ Mejor época para viajar a Japón
Japón es un país para visitar en cualquier época del año, pero cada estación ofrece una cara muy distinta. Nosotros tuvimos la suerte de viajar dos veces: una en abril y otra en mayo, y en ambos casos disfrutamos de temperaturas agradables, flores por todas partes y muchas actividades al aire libre.
Aquí te contamos cómo es cada estación para ayudarte a decidir cuándo viajar a Japón por libre:
Primavera (marzo a mayo)
- Es la época estrella, sobre todo por la floración del sakura (cerezos).
- Nosotros viajamos en abril y mayo y fue un acierto: clima suave, poco calor, y muchas zonas con árboles aún en flor.
- Hay bastante turismo, especialmente en Kioto y Tokio durante el Hanami.
- 💡 Si viajas en primavera, lleva algo de abrigo para las noches y reserva alojamiento con antelación en destinos populares.
Verano (junio a agosto)
- Junio es temporada de lluvias, con bastante humedad.
- En julio y agosto hace mucho calor, especialmente en ciudades como Osaka o Tokio.
- A cambio, es época de festivales (matsuri) espectaculares y fuegos artificiales.
Otoño (septiembre a noviembre)
- Octubre y noviembre son meses muy recomendados.
- El calor remite y los paisajes se tiñen de rojos, naranjas y dorados. El Momiji (caída de la hoja) es impresionante en zonas como Nikko, Kioto o los Alpes Japoneses.
- Aunque no estuvimos en esta estación, nos han dicho que es tan bonita como la primavera, pero con menos turistas.
Invierno (diciembre a febrero)
- Ideal si te gusta el esquí o la nieve: zonas como Hokkaido o los Alpes japoneses son un paraíso blanco.
- Tokio y Osaka tienen inviernos suaves, pero en regiones montañosas hace mucho frío.
- Perfecto para disfrutar de los onsen (baños termales) en entornos nevados.
💡 Nuestra recomendación personal es visitar Japón en primavera y en otoño. Aun así, cada estación tiene algo único y el país está preparado para recibir viajeros durante todo el año.

🍜 Gastronomía en Japón
Viajar a Japón por libre es también una aventura culinaria, y de las buenas. Comimos de todo: desde ramen diario, sushi de calidad, gyozas crujientes, hasta fritos callejeros y bentos de supermercado.
Nuestras recomendaciones
- El ramen fue probablemente el plato estrella de todo el viaje. Lo comimos tantas veces que acabamos afinando el paladar como si fuésemos expertos. Cada ciudad ofrecía una versión diferente: caldos intensos en Tokio, más suaves en Osaka, e incluso uno especializado en pato.
- En Kioto, nos dimos el capricho de comer sushi en un restaurante tradicional con un menú cerrado que incluía nigiris de salmón, atún, gamba y makis. El nigiri de anguila fue un espectáculo. Y aunque la cuenta subió un poco más de lo habitual, fue una de las comidas más memorables.
- Uno de los grandes descubrimientos fue el Uobei Genki Sushi, un restaurante rotatorio donde podías pedir por pantalla y te llegaban los platos a toda velocidad por una cinta. Barato, rápido y muy rico. Volvimos en el segundo viaje porque lo habíamos disfrutado mucho.
- También probamos cosas menos sofisticadas pero igual de japonesas, como los takoyakis de puestos callejeros (los mejores en Osaka), gyozas en cualquier esquina, y los bentos del Family Mart que nos salvaron más de una cena.
- Mención especial para el Daruma de Dotonbori, donde todo va rebozado. Nos pareció divertido, aunque un poco pesado para repetir. Y cómo no, los dulces: desde el mítico cheesecake de Rikuro’s hasta un tiramisú de Mario Bros en Universal Studios que más bonito que bueno.
💡 Consejo personal: en Japón se come muy bien y muy barato si sabes buscar. Los izakayas, los supermercados al final del día, y los menús de ramen por menos de 900 yenes son una joya para el presupuesto mochilero.
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🔐 Seguridad y conectividad en Japón
Japón es, sin lugar a dudas, uno de los países más seguros en los que hemos estado. Desde el primer día sentimos esa tranquilidad de poder caminar de noche sin mirar atrás, olvidarte algo en una mesa y recuperarlo, o incluso dejar la mochila abierta sin miedo. Esta sensación se mantuvo durante todo el viaje, tanto en ciudades grandes como Tokio u Osaka, como en pueblos más pequeños de los Alpes Japoneses.
Algo que nos llamó mucho la atención fue la disciplina japonesa. En un cruce peatonal sin coches a la vista, nosotros cruzamos sin pensar, pero todos los locales esperaban la luz verde. Esa educación y respeto por las normas se traduce también en una convivencia más segura y ordenada. Aun así, como en cualquier parte del mundo, recomendamos mantener las precauciones básicas.
En cuanto a conectividad, no tuvimos tarjeta SIM local en ninguna de las dos visitas. Usábamos Wi-Fi del alojamiento o de tiendas como Family Mart o 7-Eleven, aunque no siempre era la mejor conexión. A veces costaba bastante encontrar red estable, sobre todo al movernos entre ciudades o durante los trayectos en bus.
💡 Si volviéramos a Japón, sin duda llevaríamos una eSIM con datos desde el primer día, para evitar depender del Wi-Fi y poder usar mapas, traductores o apps de transporte sin problema.
🌐 Nuestra recomendación para tener internet en Japón:
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🌐 Consigue tu eSIM con Holafly aquí🗺 Nuestro itinerario por Japón (dos viajes)
🧭 Primer viaje a Japón (24 días)
- Día 1–2: Hiroshima
- Día 3–5: Osaka
- Día 6: Osaka → Kioto
- Día 7–9: Kioto
- Día 10: Kioto → Takayama
- Día 11: Takayama
- Día 12: Takayama → Matsumoto → Nagano
- Día 13–14: Nagano
- Día 15: Nagano → Tokio
- Día 16–20: Tokio
- Día 21: Excursión a Kamakura y Yokohama
- Día 22: Excursión a Hakone
- Día 23: Excursión a Nikko
- Día 24: Último día en Tokio y regreso
🧭 Segundo viaje a Japón (28 días)
- Día 1: Taipei → Okayama
- Día 2: Okayama
- Día 3: Okayama → Himeji → Osaka
- Día 4: Universal Studios Osaka
- Día 5–7: Osaka
- Día 8: Osaka → Kioto
- Día 9–12: Kioto
- Día 13: Kioto → Kanazawa
- Día 14–15: Kanazawa
- Día 16: Kanazawa → Toyama
- Día 17: Toyama
- Día 18: Toyama → Fukujionsen
- Día 19: Fukujionsen
- Día 20: Fukujionsen→ Takayama
- Día 21: Takayama → Nagoya
- Día 22–24: Nagoya
- Día 25–26: Disney Tokyo & DisneySea
- Día 27: Tokio
- Día 28: Vuelo Tokio → Shanghái
💡 Consejo útil: Si vas a hacer un viaje largo por Japón, intenta combinar grandes ciudades con zonas rurales. Nos encantó el contraste entre el caos organizado de Tokio y la calma de lugares como Fukujonsen o Takayama.
🗺 Mapa de nuestro primer recorrido por Japón
Haz zoom o clic en los marcadores para ver los lugares que visitamos.
🗺 Qué vimos en Japón en 45 días
Hiroshima
Hiroshima nos tocó emocionalmente. Visitamos el Parque de la Paz, el Museo de la Bomba Atómica y el domo que quedó como símbolo de la tragedia. Fue una visita impactante, pero necesaria. También aprovechamos para probar el okonomiyaki, que aquí preparan diferente que en Osaka. La ciudad combina memoria, resiliencia y modernidad como pocas.

Miyajima
Esta isla fue de lo más especial del primer viaje. El ferry nos llevó a un lugar donde los ciervos campan a sus anchas y los santuarios parecen flotar. Visitamos el icónico Itsukushima-jinja, rodeado de cerezos y espiritualidad. Aunque nos equivocamos de ferry, la experiencia fue igual de mágica. Oscar voló el dron por primera vez en Japón y capturamos la paz del lugar desde el aire.

Osaka
Osaka fue una sorpresa total. Nos enamoró por su ambiente informal y su comida espectacular. Nos volvimos adictos al ramen del restaurante Hanamaruken. Exploramos Dotonbori de noche, con sus luces de neón y figuras gigantes en las fachadas. También usamos el Osaka Amazing Pass para visitar el Umeda Sky Building y varios templos, y hasta dimos un pequeño crucero por el río. En Shinsekai probamos frituras y nos reímos con la expo de Musculman en la torre Tsutenkaku.

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🗺️ Apúntate al free tour de OsakaKobe
Hicimos una escapada de un día desde Osaka y, aunque no es de los destinos más visitados, nos sorprendió gratamente. Subimos al mirador de la estación para ver la ciudad desde lo alto y paseamos por el puerto, donde disfrutamos del ambiente moderno y tranquilo a partes iguales. La zona del Harborland nos pareció perfecta para desconectar un rato del bullicio urbano. Por supuesto, probamos la famosa carne de Kobe —en versión menú económico— y fue una auténtica delicia. Una parada breve, pero que nos dejó muy buen sabor de boca (literalmente).

Kioto
Volvimos a Kioto dos veces porque es simplemente mágica. En nuestra primera visita, recorrimos sus barrios tradicionales, templos como el Fushimi Inari, con sus miles de torii rojas, y el Kinkaku-ji, el pabellón dorado. La segunda vez exploramos rincones menos turísticos como Ohara, con senderos entre árboles y templos escondidos. También visitamos el santuario Hiyoshi Taisha, donde una amable abuelita nos guió sin decir palabra. En Gion, entre geishas y callejones de piedra, sentíamos que el tiempo se detenía.

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🏮 Reservar free tour por KiotoNara
La visita a Nara fue una mezcla de sensaciones. Llegamos con ganas, pero el parque y los ciervos nos parecieron demasiado enfocados al turismo. Aun así, decidimos alejarnos un poco y ahí fue cuando realmente conectamos con el lugar. Paseamos por el barrio de Naramachi, con templos tranquilos y casas tradicionales abiertas al público que nos permitieron asomarnos al Japón más auténtico. Fue en esos rincones menos transitados donde Nara nos conquistó.

Takayama
Takayama nos atrapó por su esencia tradicional y su tamaño manejable. Dormimos en una guesthouse de madera preciosa, con tatamis y futones, lo que hizo que la experiencia fuese aún más japonesa. Paseamos por las calles antiguas de Sanmachi-suji, entramos en pequeñas tiendas de artesanía local y visitamos el Takayama Jinya, un antiguo edificio gubernamental. También probamos una de las mejores hamburguesas del viaje… ¡de carne de Hida!

Shirakawa-go
Shirakawa-go fue una de las excursiones más bonitas del viaje. Llegamos desde Takayama y en cuanto cruzamos el puente colgante, ya nos atrapó el paisaje: casas de madera con tejados altísimos, campos bien cuidados y montañas verdes de fondo. Paseamos por el pueblo con calma, sin rumbo fijo, deteniéndonos en los rincones que más nos llamaban la atención. Subimos al mirador a pie, una caminata suave entre árboles, y las vistas desde arriba merecieron mucho la pena. Aunque es un lugar muy visitado, lo disfrutamos mucho.

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Matsumoto
En Matsumoto hicimos una parada fugaz para visitar su castillo, conocido como el “cuervo” por su color negro. El contraste con el cielo azul lo hacía aún más imponente. Aunque estuvimos poco tiempo, fue una visita que valió la pena. Pasear por el parque del castillo y ver a los escolares con sus uniformes nos dejó una estampa muy japonesa.

Nagano
Nuestra visita a Nagano fue muy especial. El centro nos recibió con faroles, calles amplias y un ambiente calmado .Paseamos por la ciudad , entramos al templo Zenko-ji, y nos dejamos llevar por su atmósfera serena. Pero sin duda, lo más memorable fue la excursión a Jigokudani, donde vimos a los famosos monos japoneses bañándose en aguas termales. El paseo por el bosque hasta llegar al parque fue precioso, y ver a los macacos jugando, fue una de esas escenas que se te quedan grabadas. También disfrutamos de una divertida degustación de sake.

Tokio
Tokio fue nuestro punto final de Japón en ambos viajes. A pesar de ser caótica y desbordante, tiene una energía adictiva. Paseamos por barrios como Shinjuku, Shibuya o Akihabara, donde la modernidad y el frikismo van de la mano. En Shibuya cruzamos el famoso paso peatonal mientras la ciudad rugía a nuestro alrededor. También nos perdimos entre tiendas de manga, videojuegos y cafés temáticos. En el Ginza, disfrutamos de miradores gratuitos y comimos ramen entre ejecutivos trajeados. La visita al mercado de pescado de Tsukiji nos dio uno de los mejores desayunos del viaje.

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🔍 Reservar free tour en ShinjukuKamakura
Kamakura nos sorprendió muchísimo. A solo una hora y cuarto de Tokio, esperábamos una excursión tranquila entre templos, pero resultó ser un lugar con muchísimo encanto. Visitamos templos como el Kencho-ji, rodeado de naturaleza y con unas vistas impresionantes desde su mirador, pasamos por el Santuario Tsurugaoka Hachimangu y calles peatonales repletas de tiendas. Nos quedamos con el Hase-dera, que nos encantó por su ambiente espiritual y sus estatuas Jizo. Kamakura nos regaló una jornada entre cultura, historia y mar.

Yokohama
Después de Kamakura fuimos a Yokohama y, aunque tuvimos que caminar más de lo previsto, la ciudad nos pareció moderna, curiosa y diferente al resto del viaje. Lo primero que visitamos fue el barrio de Minato Mirai, con sus rascacielos y la Nissan Gallery. Pasamos por Cosmo World y los Red Brick Warehouses, antiguos almacenes reconvertidos en centro comercial muy coqueto. También paseamos por Yamashita Park, donde vimos un enorme barco-museo y un faro gigante. La guinda fue el Chinatown, uno de los más grandes del mundo, lleno de luces, comida callejera y ambiente. Acabamos el día agotados tras una caminata infinita, pero contentos por haber conocido un lado más cosmopolita y ecléctico de Japón.

Hakone
Desde Tokio hicimos una escapada a Hakone, buscando naturaleza y vistas al monte Fuji. Tuvimos la grandísima suerte de tener un cielo despejado y ver ese monte icónico en su máximo esplendor. También aprovechamos para visitar un museo al aire libre con esculturas gigantes. Sin duda es una de las mejores opciones si prefieres escapar de los lugares masificados.

Nikko
La excursión a Nikko fue una bocanada de aire fresco en nuestro viaje. El entorno natural, con árboles gigantes y un ambiente húmedo y sereno, ya te envuelve al llegar. Visitamos el santuario Tōshōgū y nos pareció uno de los más bonitos del viaje, lleno de detalles tallados y con una arquitectura que mezcla lo grandioso con lo espiritual. Lo mejor fue la sensación de paz que se respira caminando por los senderos entre templos.

Okayama
Llegamos a Okayama desde Taiwán, y fue una gran bienvenida. Visitamos el jardín Korakuen, uno de los tres más bellos de Japón, donde nos relajamos entre estanques y puentes de piedra. También nos acercamos al castillo de Okayama, que aunque es una reconstrucción, impresiona por su fachada negra. Lo que más nos gustó fue que al no ser una ciudad tan turística, la gente estaba más abierta a conversar.

Himeji
La visita al castillo de Himeji fue uno de los platos fuertes del segundo viaje. Llegamos temprano y ya había bastante gente, pero valió la pena. El castillo es enorme, blanco como el papel y perfectamente conservado. Subimos hasta la última planta y las vistas eran una maravilla. Es fácil entender por qué lo llaman el castillo más bonito de Japón.

Uji
Cerca de Kioto, hicimos una escapada a Uji, famosa por su té verde y por albergar el precioso templo Byōdō-in. También visitamos el río Uji y sus puentes, con vistas preciosas y santuarios poco masificados. Una escapada perfecta para escapar del bullicio.

Sakamoto
Uno de esos sitios que no aparecen en muchas guías. Caminamos entre templos casi vacíos, descubrimos jardines ocultos y visitamos el Hieizan Shogen-ji y el Jigendo Temple, donde un jardinero nos guió hasta un cementerio con estatuas de Buda. También vimos el Hiyoshi Taisha, santuario dedicado a los monos guardianes. Fue una experiencia distinta y muy local.

Kanazawa
Nos encantó el castillo de Kanazawa y sus alrededores. Pasear por el jardín Kenroku-en, considerado uno de los más bonitos de Japón, fue una delicia. Además disfrutamos del estilo más tradicional del barrio de samuráis.

Toyama
Toyama fue una de esas paradas sin pretensiones que acaban sorprendiéndote. Nos tocó lluvia durante toda la estancia, pero aun así salimos a explorar la ciudad. Visitamos el Toyama Glass Art Museum, que nos pareció original por cómo mezcla arte moderno con una biblioteca de diseño. También paseamos por el parque del castillo, con un ambiente tranquilo y muy japonés, y subimos al mirador del ayuntamiento, que ofrece buenas vistas si el clima acompaña. Aunque no tiene grandes atracciones turísticas, nos gustó esa sensación de estar conociendo una ciudad más cotidiana, fuera del circuito habitual.

Fukujionsen
Fukujionsen fue nuestra escapada onsen, y uno de los lugares donde más desconectamos. Dormimos en un ryokan con baño termal privado y fue una auténtica delicia. Entre montañas y silencio, pudimos relajarnos y disfrutar de un Japón mucho más rural. El paisaje era de postal, con riachuelos, árboles rojizos y un aire limpio que te renovaba.

Nagoya
Aunque menos conocida, es la cuarta ciudad más importante de Japón y tiene cosas muy interesantes que ver como: el castillo de Nagoya, el barrio de Sakae y el museo Toyota, entre muchas otras. Aprovechamos para recorrer la ruta Nakasendo partiendo de la ciudad. Nagoya es una mezcla total entre lo tradicional y lo pop.

Disney Tokyo y DisneySea
Fue el regalo de cumpleaños que le hice a Tatiana. Dedicamos dos días a estos parques y la experiencia fue brutal. Disney Tokyo es más clásico, mientras que DisneySea nos dejó con la boca abierta por la ambientación. Desde el Monte Prometeo hasta los espectáculos nocturnos, todo está cuidado al detalle. Fue volver a ser niños, pero en versión japonesa.

💸 Presupuesto total por persona en Japón
Viajar a Japón por libre no tiene por qué ser tan caro como se cree. Nosotros viajamos dos veces, combinando opciones económicas y momentos de capricho, y hemos calculado el gasto total por persona con todo incluido: alojamiento, transporte, comida, entradas, actividades y vuelo de regreso a Barcelona.
Gasto total por persona:
👉 1.515 € en la primera visita
👉 1.255 € en la segunda visita
🧾 Gasto medio por categoría:
- Alojamiento:
448 € (1ª visita) / 385 € (2ª visita) - Comida y bebida:
380 € / 241 € - Transporte:
281 € / 233 € - Entradas y excursiones:
93 € / 108 € - Extras y compras:
14 € / 22 € - Vuelo:
299 € / 116 €
Sin contar vuelos, hicimos un gasto de 45€/día por persona. Este presupuesto se adapta bien a viajeros de estilo mochilero o moderado, combinando hostales económicos, comidas locales y transporte por bus, que fue nuestra principal forma de movernos. Para quienes prioricen comodidad o tengan menos tiempo, el tren bala es una alternativa rápida pero considerablemente más cara (como te explicamos en el apartado de transporte).
💡 Consejo: Japón permite ahorrar bastante si se planifica bien. Nosotros reservamos buses nocturnos con antelación, elegimos hostales funcionales y alternamos restaurantes con supermercados.
🎎 Curiosidades culturales de Japón
- Cruzar la calle en rojo, jamás. Aunque no venga ni un solo coche, los japoneses esperan a que el semáforo esté en verde. Lo vivimos nada más llegar a Fukuoka, y fue un claro reflejo del nivel de disciplina y respeto por las normas que impera en su sociedad.
- El silencio en el transporte público. En trenes y metros, la norma no escrita es mantener el silencio. Nadie habla por teléfono, y si alguien lo hace, es en voz baja y tapándose la boca. La tranquilidad es casi absoluta, incluso en ciudades tan grandes como Tokio.
- Rituales de saludo y gratitud. En restaurantes, tiendas o alojamientos, lo más habitual es ser recibido y despedido con una reverencia. También usan muchas fórmulas de cortesía como arigatou gozaimasu o sumimasen, que nos repetían constantemente.
- Desconfianza a lo espontáneo. Aunque fueron amables en general, notamos que el contacto social es más formal. A veces el respeto se siente más como una obligación que como una verdadera cercanía.
- Templos en armonía con la naturaleza. Hay un cuidado especial por ubicar templos y santuarios en lugares tranquilos, rodeados de árboles, agua o montañas. Esta unión entre lo espiritual y lo natural se respira incluso en lugares turísticos.
- La puntualidad como norma absoluta. Tanto los buses como los trenes llegan al minuto exacto. Incluso los anuncios de “retrasos” suelen significar una demora de uno o dos minutos.
- El arte de comer ramen. Además de convertirse en nuestra comida favorita, nos fascinó que sorber los fideos haciendo ruido está bien visto. Imitamos a los locales, pero hay que decir que cuesta hacerlo sin atragantarse.
🧭 Consejos para viajar a Japón por libre
💡 Viaja con efectivo suficiente
- No todos los comercios aceptan tarjeta. En muchas estaciones y restaurantes solo se paga en efectivo.
- Los cajeros más fiables para retirar yenes con tarjeta extranjera son los de 7-Eleven y FamilyMart. Cobra comisiones razonables y permiten operaciones con tarjetas internacionales.
💡 Planifica los transportes con antelación
- Nosotros usamos buses nocturnos y diurnos de compañías como Willer Express. Ahorra en alojamiento y conecta muchas ciudades importantes.
- Si vas a recorrer largas distancias en poco tiempo, el tren bala (Shinkansen) puede ser una opción más rápida (aunque más cara). Puedes comparar precios y reservar en Trip.com.
💡 Ahorra en alojamiento con antelación
- Los alojamientos se agotan rápido, sobre todo en temporada alta (abril y mayo en nuestro caso). Te recomendamos reservar con cancelación gratuita siempre que puedas.
- En Tokio nos gustaron opciones tipo hostel y cápsula por su comodidad y precio.
💡 Usa lockers o Luggage Hero si cambias de ciudad
- En Tokio puedes usar Luggage Hero para dejar la mochila y aprovechar el día al máximo sin cargar peso. Ideal si llegas temprano y el check-in es más tarde.
💡 No te obsesiones con ver «todo»
- Japón es un país que requiere tiempo. Es mejor disfrutar con calma los lugares que intentar abarcarlo todo en pocos días. En nuestras dos visitas, aprendimos a elegir bien y a dejar espacio para lo inesperado.
💡 Aprende lo básico en japonés
- No hablan mucho inglés, pero con un “arigatou gozaimasu” o un “sumimasen” puedes ganarte sonrisas y más de una ayuda.
🧭 Conclusión
Volver a Japón por segunda vez no fue casualidad. Fue una elección. Un impulso de esos que te salen del estómago cuando un lugar te ha marcado de verdad. La primera visita nos dejó con ganas de más. La segunda, con la certeza de que Japón es un país al que siempre querríamos volver.
Viajando por libre, lo vivimos a nuestro ritmo, sin tours ni rutas cerradas. Comimos en callejones oscuros, nos perdimos en estaciones imposibles, descansamos en pueblos de montaña y descubrimos lo extraordinario en lo cotidiano: una reverencia al entrar, el vapor de un bol de ramen, la puntualidad del silencio.
Japón no necesita convencerte, simplemente se te mete dentro. Puede ser agotador, abrumador o incomprensible a ratos, pero también es delicado, respetuoso y sorprendente. Es de esos destinos que no se olvidan, porque te cambian un poquito por dentro.
Y si estás leyendo esto con la idea de lanzarte, ya te lo decimos nosotros: hazlo. Japón no decepciona.
¿Te ha gustado nuestra guía de Japón?
Entonces no te pierdas nuestra guía para viajar por Corea del Sur: templos, ciudades modernas, mercados y cultura K por los cuatro costados.
👉 Ver guía de Corea del Sur¿Ya has estado en Japón? ¿Estás pensando en lanzarte a viajar a Japón por libre?
Déjanos tu comentario, comparte esta guía con quien sueñe con recorrer templos, callejones con farolillos y ciudades de neón.
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